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Manuel Vargas |
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Exposiciones:
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Colectivas
Biografía
Premios
Obras
Comentario
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Matronas. Domingo 4 de marzo
2007, ANCORA/9, LA NACION |
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Al tallar, Manuel
Vargas prefiere la madera y los granitos. De estos
materiales saca figuras humanas de volúmenes
pesados, a veces exagerando y simplificando las
superficies. Poco le importa que lo suyo sea una
figuración interpretada o realista de formas
naturales. El gozo de pulir una piedra o una madera,
de transformarla en un objeto luminoso, se
acrecienta al extraer y preservar para los ojos la
contemplación tranquila de la vibración de la piel
como si la tocara, la fuerza y el encanto del
material trabajado. |
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sosteniéndose
el cuello o la cabeza.
En su realismo Vargas se preocupa por los efectos
inmediatos que expresen las virtudes del material:
por ejemplo, las vetas de la madera. Pero no lo
acucia la búsqueda de novedades sin raíces
profundas. Le preocupa reiterar el tema para
expresar sus conceptos.El conocimiento de cómo resolver en el bloque de
granito o en el tronco fibroso, los planos, las
siluetas, el balance de todas las partes, lo llevan
a reiterar posiciones, ya con un brazo en alto, ya
con la mano |
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Sabe que los elementos formales, que la abstracción
de líneas y masas, que los requerimientos de la
representación realista pueden presentar tensiones
conflictivas. Y en su obra busca el equilibrio. De
ahí que la figuración del tipo de mujer guanacasteca
que vio en su niñez, olvidándose del modelo, suele
interpretarlo con formas sintetizadas y, ¿por qué no
exagerando?-, sin apartarse de la realidad. En esta
búsqueda de su poética o lenguaje escultórico Manuel
Vargas a veces suele interpretar la angustia
existencia en el mundo cotidiano: dolor,
agresividad, ternura...
En el fondo de la realidad asumida, la imagen mental
déla figura es tamizada por el tiempo, exagerada por
el recuerdo, es procesada por la imaginación. En sus
mujeres gordas la visión objetiva no se da en el
sentido absoluto: se trata de una trasposición
artística por lo que la figura se vuelve doblemente
subjetiva: la subjetividad que el escultor le ha
dado y la subjetividad que le incorpora el
contemplador al posesionarse de ella (condición
ideológica del arte).
Escultores
Costarricenses
Luis
Ferrero-Acosta
Editorial
Costa Rica
ISBN
9977-23-569-4
LFA 1990
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El maestro
Vargas nació
para hacer arte, especialmente escultura, la cual lo
acompaña
desde niño. Manuel se expresa por medio del vaso
formal y metafórico de la mujer... Formas femeninas
que se presentan en una amplia gama de
posibilidades: serenas, atormentadas, meditativas,
cándidas,
trabajadoras, jóvenes o viejas. Como una ofrenda a
la vida, a la continuidad, a la memoria colectiva y
en
esencia al ser humano.
Con aguda percepción observa el paso de la
existencia en esos cuerpos, animados por un alma que
emite su propio cosmos.
Manuel proviene de la gran tradición escultórica
clásico-moderna de Rodin, Maillol, Moore y Zúñiga.
Profundo conocedor del oficio tanto en la talla
directa como en el modelado. Sabe cómo otorgar
significados a esos cuerpos expresivos, muchas veces
modificados en una nueva realidad, en aras de lo
estético y efectivo de la comunicación, logrando de
esta manera la unidad entre forma y contenido. En
plena madurez de su obra y seguro de su propuesta
escultórica, no renuncia como artista en pos de las
corrientes de moda que no favorecen su pensamiento
plástico.
En sus mujeres Manuel Vargas describe un pueblo, una
forma de ser, y al mismo tiempo a toda la humanidad.
Su único interés es el ser humano y su transitar en
la senda de la vida. Es una transformación continua
de energía que se convierte en uno u otro cuerpo
escultórico, que el maestro disfruta enormemente
colocándolo de mil maneras, como la misma danza de
la creación.
Luis Chacón
Julio 2006
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“Vargas sabe otorgarle a cada una de sus figuras, la
sensación plena de organismo vivo, sólido y
magníficamente sensual.
Son cuerpos con identidad propia que viven por sí
mismos. Sus mujeres respiran, casi hablan, aunque no
necesitan hacerlo, y además pareciera que poseen
alma. Un alma nada torturada por cierto. Espíritus
con fisonomía de fuego, alegres, dispuestos.
Mujeres frondosas donde la carnosidad se convierte
en atributo, en belleza pura.
”Guido Sáenz G,
Premio Magón 1988,
Ex Ministro de Cultura. |
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MANUEL VARGAS
Ver es descubrir. Ver una escultura como un
todo es reconocer lo que significa. Este es
el principio. Y recuerdo esta enseñanza que
me dio don Joaquín García Monge.
Ahora, medio siglo después de este consejo,
al observar algunas de las obras de Manuel
Vargas M., he seguido personalmente el
consejo de don Joaquín.
Recuerdo que el joven escultor Vargas
participó en el Primer Salón Anual de
Escultura de 1976. Lástima que tal salón no
haya tenido el seguimiento adecuado. No
volví a saber de él sino hasta 1983, con
motivo del Salón de Escultura Juan Rafael
Chacón. Luego, una exposición individual en
el Club Alemán de Costa Rica (1984) y su
participación en la muestra colectiva de
exbecarios del Gobierno de la República de
Italia (1984).
El joven venido de Tilarán pasó a la
Universidad de Costa Rica (Facultad de
Bellas Artes) hasta egresar en Escultura.
Más tarde, becario del Instituto Técnico
Profesional para la elaboración de la piedra
y el mármol, en Carrara, Italia.
Y ahora, reuniendo anteriores enseñanzas, ha
aprendido el motivo cierto: el cuerpo humano
desnudo. Poco importa que ya el artista
anónimo de las Cicladas, el creador griego,
Miguel Ángel, Rodin, Barlach, Duchamp Villon,
Moore y otros grandes creadores del arte
mundial se hayan inspirado en el cuerpo
humano. Poco importa que también nuestro
tallista precolombino de la Vertiente
Atlántica y nuestros escultores
contemporáneos Juan Rafael Chacón, Juan
Manuel Sánchez y Francisco Zúñiga (para
citar algunos) también lo hayan hecho.
Vargas ha comprendido que el cuerpo humano,
a pesar de ser un tema artístico tan
limitado, es campo propicio para espigar y
expresarse. Por su formación humanista sabe
que el cuerpo humano tiene una voz que
reclama expresión. Cansados estamos de tanto
hartazgo abstraccionista. Hay que volver al
realismo para reencontrarnos como seres
humanos.
Poco importa a Vargas que lo suya sea una
figuración muy simplificada o abstracciones
más organizadas de la expresión realista de
formas naturales. Lo que le preocupa es
ahondar en el tema y expresar las virtudes
del material. Sabe que los elementos de
forma, que la abstracción de líneas y masas
y los requerimientos de la representación
realista o simbólica, presentan tensiones
conflictivas. Y en su obra busca el
equilibrio. Toma su inspiración de las
formas orgánicas para producir obras
indudablemente figurativas, aunque su
carácter sea dictado por la materia. Sea
ésta madera, mármol, piedra o arcilla. Lo
importante es que da su propia visión de la
escultura subyacente del mundo.
Vargas es escultor. Vargas pertenece a un
mundo que piensa en tres dimensiones. Con él
habrá que contar en el futuro.
En él catalogo de mano. Sala de Exposiciones
de planta baja Instituto Nacional de
Seguros.
del 4 al l7 de setiembre de 1984. Luís
Ferrero A. |
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Copyright © 2003 RCB. Reservados
todos los derechos.
Revisado el:
17 de September de 2010 08:37:49 -0600. |
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