El concurso que pulió a un artista

Del Libro- Atenas: Pinceladas del ayer.

Valerio Madriz, Eladio.

1 edición, 2004

ISBN 9977-953-53-8.

Publicado por Museo Histórico Cultural Juan Santamaría.

UN NIÑO DE TRECE años cambió la pelota de fútbol con la que jugaban los demás niños de su barrio, por una de barro, por medio de la cual confeccionaba diversas figuras, a pesar de los regaños constantes que le hacía su madre por ensuciarle la casa. Regaños que de poco sirvieron, porque su vocación de escultor ya estaba definida y sólo faltaba moldearla.
Orlando Carranza Carranza nació en diciembre de 1968 (el día no le gusta decirlo). Desde pequeño, descubrió su don para elaborar figuras con sus manos, elaborándolas en arcilla o madera. A esa corta edad de trece años, Orlando recibió el primero de sus triunfos, el más significativo para su vida como artista, al presentar una escultura alusiva a la pobreza.
El Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, en un concurso organizado por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica, lo declaró "Joven Escultor Costarricense". Este certamen fue decisivo para su trabajo, ya que al acto había

asistido como invitado de honor uno de los grandes escultores del mundo, don Francisco "Paco" Zúñiga, quien decidió llevárselo para México en 1983 para que estudiara escultura, con una beca otorgada por tres años, justamente en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de México, la cual llevaba el nombre de este reconocido escultor .
Apenas llegó a ese país, consiguió un empleo como lavaplatos y gracias a ello, terminó de costearse sus estudios. Sus ingresos monetarios mejoraron el día que conoció a la actriz y conductora Silvia Piñal. Ella por casualidad llegó a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de México. Para esa época, tenían una actividad de fin de año y Carranza arregló el escenario a su gusto y manera. Doña Silvia quedó muy impresionada por la decoración y preguntó quien la había realizado. Incluso se interesó en obtener unas esculturas y unas columnas que había confeccionado el joven ateniense. De esta forma, la señora Piñal le consiguió trabajo en el programa "Grandes estrellas" de Televisa.
Pero esa amistad no quedó allí. Cuando llegó a su nuevo trabajo, doña Silvia le presentó a su colega Verónica Castro. Orlando con toda naturalidad devolvió el saludo, sin saber quién era aquella dama. Este pequeño detalle no pasó desapercibido para la señora Piñal. Pero revivamos ese momento;

-¿Acaso no conoces a esta señora? La respuesta fue franca:
- No. ¿Quién es?
- ¡Por Dios, muchacho...!, es la gran actriz Verónica Castro.
- Disculpe, pero no la conozco.
- Pero..., ¿cuánto tiempo tienes de estar en México?
- Ya tengo dos años y medio.
- Y entonces..., ¿nunca escuchas la radio o ves la televisión?
- No tengo tiempo, ya que estudio de las siete de la mañana a las cinco de la tarde y a las cinco y treinta entro a trabajar y salgo a las dos de la madrugada, por lo que no me queda tiempo de ver televisión o estuchar radio.
Fueron estas actrices mexicanas quienes le pagaron los estudios de Escenografía (requisito indispensable para seguir trabajando en Televisa). Así, tuvo que llevar las dos carreras de escultura y escenografía al mismo tiempo, pues no quería desaprovechar la oportunidad que se le estaba presentando, y tampoco pretendía desilusionar a estas grandes figuras.
Con doña Silvia trabajó dos años en su programa "Grandes estrellas". Y luego fue alternando su trabajo con los programas de Verónica Castro denominados "La Vero" y "Mala noche no". Posteriormente, a raíz de estos trabajos, tuvo la oportunidad de conocer a don Raúl Velazco, a quien se le había enfermado su

escenógrafo. Fue entonces a trabajar como ayudante de escenografía en el programa "Siempre en domingo" y gracias a ello, se introdujo en el terreno de las novelas, donde le pedían esculturas, columnas y parte de la decoración. De esta manera, empezó con "Cañaveral de pasiones", "Acapulco, cuerpo y alma" y "El privilegio cié amar". En "La usurpadora" le tocó solo, siendo nominado como escenógrafo del año por el trabajo realizado. Pero aquí no quedó su carrera como escenógrafo: integró el grupo que realizó las escenografías de las telenovclas "Rosalinda", donde actuaba la actriz y cantante Thalía, "Alcanzar una estrella 2", "Fuego de amor" y el "El reencuentro", con los exintegrantes del grupo musical Menudo, entre otras.
En Costa Rica ha trabajado en varios equipos de escenógrafos para el festival de la OTI, la Teletón y el Teatro Mélico Salazar. Inclusive, varias de las esculturas que formaban parte del escenario de la serie "La Pensión", fueron creadas por él. También, intervino con un valioso equipo de trabajo en algunas escenografías de "Noticias Repretel", "Informe Cuatro" y el programa "A todo dar". Y por si pareciera poco, para los conciertos internacionales que se han realizado en el país, de figuras como Eros Ramazotti, Enrique Iglesias, Alejandra Guzmán, Ricardo Arjona, Alejandro Fernández, OV7, Ricky Martin, Alejandro Sanz, Paulina Rubio y Cristian Castro, Carranza ha sido el escenógrafo titular.


Dejemos de lado su carrera como escenógrafo y retornemos a su vida como escultor. Orlando se ha hecho acreedor de varios premios, pues ha participado en diversos concursos internacionales. En 1991, clasifica entre los diez primeros lugares del certamen de escultura auspiciado por la Universidad Autónoma de México. En 1992 en Quebec, Canadá, se hizo merecedor del primer lugar en una Feria Internacional, junto con tres compañeros, al realizar una hermosa escultura de nieve. En 1993, en Nueva York, Estados Unidos, ganó el tercer lugar en una Feria Latinoamericana, al concursar con un monumento construido de bronce de siete metros de altura, cuyo tema hacía alusión a la libertad de la mujer. En el Festival de Arenas de Acapulco, México, celebrado en 1994, obtuvo un cuarto y sétimo lugar, con obras confeccionadas a base de granito y arena. En ese mismo año se clasifica entre los diez primeros lugares en un concurso celebrado en Brasil y obtuvo el cuarto lugar en la Feria Internacional de la Escultura realizada en Portugal, con una estatua tallada en mármol. En 1995 se ubica entre los seis primeros lugares en la Feria Internacional de Escultores llevada a cabo en Buenos Aires, Argentina. En este mismo año, alcanza el primer lugar por Centroamérica en una feria de escultura realizada en México y un año más tarde, consigue el tercer lugar en esta misma categoría, en el certamen Bienal de Escultura celebrado en Guatemala.

La periodista Ana María Parra opina sobre el:
[...] es uno de los creadores de imaginería más importante en el país y además tiene el privilegio de que sus personajes bíblicos y esculturas monumentales descansen en iglesias, plazas y paseos de varios países.29
Efectivamente, sus obras se encuentran en diferentes países tales como: Manhathan, Nueva York, Estados Unidos, en la quinta avenida se encuentra una escultura de bronce de 7.5 metros de alto denominada "La libertad de la mujer"; en Belice se encuentra otra llamada "Madre que lucha por mantener a su hijo", también de bronce, cuya altura es de 4.5 metros; en México ha colocado 38 esculturas de 2 a 6 metros de altura, hechas en marmolina, bronce, madera o cemento, en ciudades como Puebla, Michoacán, Manzanillo, Yucatán, Distrito Federal y Querétaro; además, muchas de sus obras se encuentran en Canadá, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Panamá y en varios lugares de nuestro país.
En México, Carranza ha alcanzado gran popularidad con sus obras. En cierta ocasión, donó una de sus creaciones para los niños enfermos de cáncer. El acto de entrega se realizaría en el instituto localizado en la ciudad costeña de Mazatlán. A este lugar se apersonó el joven escultor en taxi. Cuando llegó, vio una gran cantidad de personas reunidas frente al instituto.
Ana María Parra. "De firma extensa". ¡jt Nación ("San losé, C.R.), 1" de abril, 1999, p. 30.

Sumamente preocupado, se bajó del taxi y se unió al grupo de curiosos. Seguramente algo malo había sucedido allí, pensó, pues se contaba con la presencia de varios reporteros en el lugar.
Carranza pacientemente esperó para ver de que se trataba el asunto. Como el tiempo transcurría y no lograba definir la causa del posible accidente, al fin se animó a preguntarle a una de las personas qué era lo que estaba pasando. El aludido le contestó que estriban esperando para darle la bienvenida al famoso escultor Orlando Carranza, quien había realizado una importante donación al instituto, el cual llegaría de un momento a otro.
Orlando simplemente no salía de su asombro. El solo debía llegar al instituto y hacer una entrega simbólica de su escultura, actividad en la cual también participaría el comprador de la obra. Por eso, cuando le comentó a aquel muchacho y a otras personas que él era el escultor esperado, nadie le quería creer. Todos los allí presentes, estaban esperando a un señor entrado en años, vestido de traje entero y seguramente bajaría de una especie de limosina o algo por el estilo. Lo que menos esperaban, era ver a un joven descender de un taxi común y corriente y para peores, vestido tan informalmente (con tenis, pantalón de mezclilla y camiseta).

Su espíritu de superación lo envió a estudiar antigüedades, reliquias, laminados en oro y policromados en la Casa "Caritin" de Escultura en Italia, en los primeros meses del 2001. Desgraciadamente, se empezó a enfermar de los pulmones con ios químicos que usa en sus esculturas (primordialmente fluoruro y magnesio), y en la actualidad se encuentra con un tratamiento especial. A pesar de que los médicos le recomendaron dejar el oficio, él no lo ha querido abandonar, ya que representa su pasión e indudablemente, su vida.